15/5/11

en Freak Magazine

mayo 2011  |  por Tali Carreto


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link revista completa (PDF), entrevista en pág 21 

Días del futuro pasado
 
ENTREVISTA: TALI CARRETO


Embriagador por los efluvios de antaño, el escritor que emuló a Hunter S. Thompson sin necesidad de pirarse a Las Vegas en el más que recomendable “El Dorado” rinde homenaje ahora al pulp patrio en “Asesino cósmico” (Mondadori), una de las más gratas sorpresas de la temporada. Si quieres evadirte de la realidad, querido lector, Isla Meteca te está esperando.

Parece descabellado conjugar una prosa casi cervantina con los bolsilibros de Bruguera. Y aun así, funciona. ¿Costó mucho encontrar el ritmo adecuado a tantos personajes, tantas tramas, tanto delirio?

Un poco sí. El ritmo no fue el problema, era uno de los puntos de partida: un crescendo hasta la apoteosis. Lo complicado fue cerrar todas las historias que abre la novela.

Se diría que en tu afán por hablar de ese futuro hipotético pero guiado por formas antiguas, con una ambientación digna de Quevedo, y por tu amor rendido al pulp, has dado  con la respuesta patria al steampunk. ¿Se te había pasado por la cabeza?

La verdad es que no, nunca lo pensé, aunque me lo han comentado otros lectores. Sí que es verdad que trabajar con un futuro situado en el pasado era uno de mis objetivos con esta novela, pero escribí sin un horizonte claro.

En tu novela has contado con un mito del pulp español como Curtis Garland (Juan Gallardo), nombre fundamental para entender el género como lo fueron Lou Carrigan (Antonio Vera), Coronel Ignotus (José de Eleola)… La lista es interminable, ¿por qué él y no otros?

Cuando empecé a leer estas novelas me encapriché con Curtis Garland, eso es todo, no tengo ni idea de por qué, fue el que más me gustó. Así que decidí trabajar con él. Mucho antes de conocerlo ya había empezado a escribir mi novela jugando con dos de las suyas. De una de ellas, “Asesino cósmico”, tomé el título.

Tras la experiencia gonzo de “El Dorado”, ¿ha sido perderse en Isla Meteca una suerte de liberación como escritor, un ejercicio más lúdico que sufrido?

Pues sí. En “El Dorado” trabajé básicamente con dos personajes, y en “Asesino Cósmico” con cerca de un centenar; allí me metí de lleno en la realidad político-folclórica de este país fascinante y canalla, y aquí todo es ficción y fantasía; allí el lenguaje era el de un periodista macarra y drogadicto, con mucho coloquialismo y mucho dato, aquí en cambio me he recreado en una prosa más pausada y barroca. Al final hablo de cosas muy parecidas, pero he cambiado todo, supongo que para que no cambie nada.

“Asesino cósmico” comparte no pocas similitudes y guiños con obras de colegas tuyos, “Fabulosos Monos Marinos”, de Óscar Gual, y “Corona de flores”, de Javier Calvo. Vista tu experiencia con Garland y tu buena relación con ellos… ¿por qué no os planteáis una novela al alimón, a tres bandas?

No es mala idea. De hecho, te adelantas a los acontecimientos. Óscar Gual y yo ya tenemos una novelita a cuatro manos casi acabada. Con Javier Calvo he colaborado en otras cosas, nunca hemos escrito nada a medias, pero quién sabe, quizá más adelante.

Una curiosidad: de haberte dedicado al pulp en la España de antaño, ¿por qué seudónimo hubieras optado?

Tengo una respuesta pero no puedo dártela, lo siento. No me dediqué al pulp en la España de antaño pero quizá… lo haga en la de ahora, con mi pseudónimo y todo, claro. Si lo revelo ahora no será tan divertido.